Seguro que has oído hablar mucho sobre la zona de confort, pero no siempre es fácil definir qué es o decidir si es bueno o malo encontrarse en ella. Lo cierto es que la zona de confort es un lugar en el que, como su propio nombre indica, te sientes seguro y con todo bajo control, por lo que en ocasiones puede ser necesaria o placentera. Sin embargo, salir de ella tiene muchos beneficios:
- Aumentarás la confianza en ti mismo, tras ser consciente de que puedes alcanzar y superar más cosas de las que imaginas.
- Tendrás más facilidad para enfrentarte a las situaciones nuevas y creatividad para encontrar soluciones diferentes en todos los ámbitos de la vida.
- Sentirás como creces en el plano personal y profesional.
- Descubrirás nuevos talentos, aficiones o habilidades que de otro modo no habrías imaginado.
Sin embargo, para llegar a lograr todos estos beneficios pasarás por distintas fases, y no todas te resultarán fáciles o agradables.
La zona del miedo
Es normal que al principio sientas miedo al plantearte cosas diferentes que escapan a tu rutina o a lo ya establecido. Es posible que la falta de confianza en ti mismo/a te frene y encuentres miles de excusas para quedarte donde estás. Pero no debes dejar que esto te frene, al igual que nunca deben frenarte las opiniones de los demás. A veces es tan sencillo como hacerse una pregunta:
¿A qué tengo miedo realmente?
Romper una barrera no siempre es sencillo, pero muchas veces éstas son más frágiles de lo que creemos. Simplemente inténtalo, ve probando con prueba y error.
La zona del aprendizaje
Una vez has dado un paso al frente y has salido de tu zona de confort tendrás que enfrentar desafíos y problemas diferentes, a los que no estarás acostumbrado y esto te hará ganar en habilidades. Poco a poco te acostumbrarás a lo nuevo y, sin darte cuenta, eso que te parecía tan lejano comenzará a formar parte de tu zona de confort.
Entonces, ¿la zona de confort cambia?
Exacto. Podemos extender la zona de confort y enriquecerla cada día, de forma que nos enriquecemos a nosotros al mismo tiempo.
La zona del crecimiento
Una vez hemos vencido los miedos y hemos empezado a aprender y ampliar nuestra zona de confort llegaremos a una fase en la que crecer nos resultará mucho más sencillo. Seremos capaces de encontrar nuestro propósito, establecer nuestras metas y objetivos y no solo encaminarnos a nuestros sueños, sino atrevernos a soñar más alto, a soñar de verdad. Al haber pasado por todo este proceso, ganaremos confianza en nosotros mismos/as y es por eso que estaremos dispuestos/as a enfrentarnos a nuevas zonas de miedos que quizás antes nos parecían imposibles.
Sin embargo, salir de la zona de confort no significa estar siempre fuera de ella. En ocasiones necesitamos esa seguridad a la que volver, ese lugar donde nos sentimos a gusto y tranquilos, donde podemos relajarnos y simplemente disfrutar. Pero cuanto más nos atrevamos a salir, más grande hacemos ese espacio, ese hogar dentro de nosotros mismos. Aquello que te daba miedo, formará parte de la zona donde te sientes seguro más tarde.
Se trata de romper poco a poco la pared que nos protege del viento para darnos cuenta de todo lo que pueden llegar a crecer nuestras ramas y de que cuando somos tan grandes, cada vez necesitamos menos una pared que nos proteja.